La terapia de Hablar y Caminar es un enfoque holístico que combina la actividad física con los aspectos emocionales y cognitivos de la terapia
En medio de los desafíos del aislamiento del 2020, encontré un refugio en la naturaleza. Al explorar caminatas en grupo y en solitario, noté un cambio positivo en mi estado de ánimo, cuerpo y espíritu. Como terapeuta, mi objetivo es compartir estos beneficios transformadores con mis clientes. ¡Aquí hay 4 razones por las que lo recomiendo absolutamente!
Caminar nos ayuda a procesar nuestros sentimientos
Caminar activa tanto nuestros cuerpos como nuestras mentes, creando un entorno ideal para discusiones abiertas y significativas sobre nuestras emociones. Cuando participamos en la terapia de hablar y caminar, se pueden activar nuevas conexiones neuronales que facilitan la comprensión y fortalecen las conexiones interpersonales.
La naturaleza puede ser una sabia maestra
Cuando das un paseo al aire libre, notarás la naturaleza a tu alrededor. Observar la naturaleza puede ser revelador, mostrándonos que la vida tiene sus altibajos y que está bien atravesar diferentes experiencias. Por ejemplo, ver cómo los árboles resisten las tormentas y aún así se mantienen erguidos puede recordarnos nuestra propia resiliencia en tiempos difíciles. Las estaciones cambiantes pueden reflejar los ciclos naturales de crecimiento y cambio por los que todos pasamos.
Estar en la naturaleza calma nuestro sistema nervioso
Ya sea la tranquilidad verde de los árboles o los reconfortantes sonidos de los pájaros cantando, la exposición a la naturaleza afecta profundamente nuestro sistema nervioso, promoviendo sentimientos de calma y seguridad. El encanto de la naturaleza invita a la atención plena, involucrando nuestros sentidos y conectándonos con el momento presente, fomentando una conexión más profunda con nuestro entorno.
Caminar ofrece un beneficio para la salud
Por supuesto, no olvidemos lo obvio: ¡caminar es un ejercicio fantástico de bajo impacto que beneficia tu salud física!
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